Esta es una lista de cosas que se deberían y no deberían hacerse si se fuese el próximo señor del mal.
(Agradecimientos a Claudioace, de cierto foro)
Las 100 cosas que haría si algún día me convierto en un señor del mal:
Mis Legiones del Terror tendrán cascos con visores de plexiglás
transparente, no con visores que tapen la cara.
Mis conductos de ventilación serán demasiado pequeños para gatear por ellos.
Mi noble medio-hermano cuyo trono usurpe será asesinado, no encarcelado
secretamente en una celda olvidada de mis calabozos.
Disparar no es demasiado bueno para mis enemigos.
El artefacto que es la fuente de mi poder no será guardado en la montaña de
la desesperación mas allá del río de fuego guardado por los dragones de la
eternidad. Estará en mi depósito de seguridad. Lo mismo es aplicable al
objeto que es mi única debilidad.
Yo no me recrearé en el sufrimiento de mi enemigo antes de matarle.
Cuando haya capturado a mi adversario y él diga "antes de matarme, ¿podrías
decirme al menos que es todo esto ? " yo diré " NO " y le dispararé, no,
pensándolo mejor le dispararé y entonces diré "NO".
Después de raptar a la bella princesa, nos casaremos inmediatamente en una
modesta ceremonia civil. No con un espectáculo sorprendente de tres semanas,
tiempo en el cual la fase final de mi plan será desbaratada.
No incluiré un mecanismo de autodestrucción a no ser que sea absolutamente
necesario. Si es necesario, no será un gran botón rojo con una etiqueta que
diga "peligro: no pulsar". El gran botón rojo, sin embargo, disparará una
ráfaga de balas sobre cualquiera lo bastante estúpido para usarlo. De igual
forma, el botón ON/OFF no estará claramente marcado como tal.
No interrogaré a mis enemigos en el santuario interior; un pequeño hotel
alejado de mis fronteras funcionará igual de bien.
Estaré seguro de mi superioridad. Luego no sentiré ninguna necesidad de
probarla dejando pistas en forma de acertijos o dejando mis enemigos más
débiles vivos para demostrarles que no suponen una amenaza.
Uno de mis consejeros será un niño normal de 5 años. Cualquier fallo en mi
plan que sea capaz de detectar será corregido antes de ser llevado acabo.
Todos los enemigos asesinados serán cremados, o al menos tendrán muchas
balas en el cuerpo, no serán dejados para que mueran en el fondo de un
precipicio. El anunciamiento de sus muertes, así como cualquier celebración,
será aplazado hasta después de que se halla llevado a cabo la disposición
nombrada.
El héroe no tendrá derecho a un último beso, último cigarrillo, o cualquier
otra forma de última voluntad.
Nunca emplearé un dispositivo digital de cuenta atrás. Si encuentro que es
absolutamente inevitable, lo programare para activarse cuando llegue a 117,
justamente cuando el héroe este poniendo su plan en marcha.
Nunca usaré la frase "pero antes de matarte, hay una sola cosa que quiero
saber".
Cuando tenga consejeros, escucharé sus consejos de vez en cuando.
No tendré un hijo. Aunque su irrisoriamente mal planeado intento de usurpar
mi poder fallara fácilmente, podría proveer una distracción fatal en un
momento crucial.
No tendré una hija. Ella sería tan bella como malvada, pero una mirada al
robusto aspecto del héroe y ella traicionará a su propio padre.
A pesar de su probado efecto anti-stress, no caeré en las carcajadas típicas
de maníacos. Cuando estás ocupado en eso es demasiado fácil no darse cuenta
de desarrollos no esperados que un individuo más atento podría percibir.
Contrataría un diseñador con talento para crear uniformes originales para
mis Legiones del Terror, no usaría baratos uniformes de rebajas que les
harían parecer Tropas nazis, soldados romanos, o salvajes hordas mongoles.
Todos fueron derrotados al final y yo quiero que mis tropas tengan una
disposición más positiva.
No importa lo tentado que esté con la posibilidad del poder ilimitado, nunca
consumiré un campo de energía mayor que mi cabeza.
Guardaré una reserva de armas de baja tecnología y entrenaré a mis tropas
para su uso. De esta forma, incluso si los héroes consiguen neutralizar mi
generador de poder y/o dejar inútiles las armas normales de energía, mis
tropas no serán superadas por un puñado de salvajes armados con rocas y
lanzas.
Mantendré un conocimiento realista de mis fuerzas y debilidades. Aunque esto
elimina parte de la diversión del trabajo, al menos nunca diré la frase" No,
esto no puede ocurrir, soy INVENCIBLE!!! " (después de lo cual la muerte es
casi instantánea)
No importa lo bien que funcione, nunca construiré ninguna clase de
maquinaria que sea completamente indestructible salvo por un pequeño y
virtualmente inaccesible punto vulnerable.
No importa lo atractivos que ciertos miembros de la rebelión sean,
probablemente hay alguien igual de atractivo que no está desesperado por
matarme. Luego, me lo pensaré dos veces antes de ordenar que un prisionero
sea enviado a mi dormitorio.
Nunca construiré sólo uno de cualquier cosa importante. Todos los sistemas
tendrán paneles y baterías redundantes. Por la misma razón, siempre llevaré
al menos dos armas completamente cargadas en todo momento.
Mi monstruo mascota estará guardado en una prisión segura de la cual no
pueda escapar y en la cual no pueda caer accidentalmente.
Vestiré con ropas de colores brillantes y alegres, para sorprender a mis
enemigos.
Todos los conjuradores divagantes, terratenientes torpes, bardos sin talento
y ladrones cobardes serán ejecutados de forma preventiva. Mis enemigos
seguramente abandonarán su búsqueda si no tienen ninguna fuente de alivio
cómico.
Todas las taberneras inocentes y atractivas de mi reino serán reemplazadas
por camareras malhumoradas y hartas del mundo que no proporcionarán
refuerzos inesperados y subargumentos románticos al héroe o a su compañero.
No me enfureceré y mataré al mensajero que traiga malas noticias sólo para
demostrar lo malísimo que soy. Los buenos mensajeros son dificiles de
encontrar.
No requeriré a los altos mandos femeninos de mi organización que lleven
bustiers de acero inoxidable. La moral mejora con una forma de vestir más
sencilla. De la misma forma, los trajes de cuero negro serán reservados para
ocasiones formales.
No me transformaré en una serpiente, nunca ayuda.
No me dejare perilla. En los días antiguos te daba un aspecto diabólico.
Ahora solo te hace parecer un miembro descontento de la generación X.
No encerraría miembros del mismo grupo en el mismo bloque de celdas, y menos
en la misma celda. Si son prisioneros importantes, conservaría la única
llave de la celda yo mismo en lugar de repartir copias a todos los guardias
inútiles de la prisión.
Si mi hombre de confianza me dice que mis Legiones del Terror están
perdiendo la batalla, le creeré. Después de todo es mi hombre de confianza.
Si el enemigo que acabo de matar tiene un hermano menor o un hijo en algún
lugar, lo encontraré y lo mataré inmediatamente, en lugar de esperar que
crezca abrigando sentimientos de venganza contra mi cuando me encuentre en
mi vejez.
Si debo entrar en batalla, no lo haré al frente de mis Legiones del Terror,
ni buscaré a mi contrario entre su ejercito.
Nunca seré caballeroso ni deportivo. Si tengo un superarma imparable, la
usaré tan pronto y tan a menudo como sea posible en lugar de reservarla.
Una vez que mi poder este asegurado, destruiré todos esos malditos
dispositivos de viaje en el tiempo.
Cuando capture al héroe, me aseguraré de capturar también a su perro, mono,
hurón o cualquier animal asquerosamente listo capaz de desatar cuerdas y
coger llaves.
Mantendré una saludable cantidad de escepticismo cuando capture a la bella
rebelde y ella me diga que le atrae mi poder y mi físico y que traicionará
gustosamente a sus compañeros si le dejo participar en mis planes.
Sólo contrataré cazarecompensas que trabajen únicamente por el dinero.
Aquellos que trabajan por el placer de la caza tienden a hacer cosas tan
estúpidas como conceder al otro una deportiva posibilidad de ganar.
Me aseguraré de saber quién es responsable de qué en mi organización. Por
ejemplo, si mi general la fastidia no sacaré mi pistola y le diré: "Y este
es el precio del fracaso" dándome entonces la vuelta y matando a un
subordinado cualquiera.
Si un consejero me dice "Mi señor, es sólo un hombre, qué puede hacer un
sólo hombre ?" Yo responderé "Esto" y mataré al consejero.
Si advierto que un jovenzuelo ha empezado una aventura para destruirme, le
mataré mientras sea un jovenzuelo, en lugar de esperar a que madure.
Trataré cualquier bestia que controle mediante magia o tecnología con
respeto y amabilidad. De tal forma que si el control es roto, no venga
inmediatamente a vengarse de mi.
Si descubro la localización del artefacto que puede destruirme, no enviaré a
todas mis tropas a apropiarse de él. Las enviaré a apropiarse de cualquier
otra cosa y pondré un anuncio de "se busca" en el periódico local.
Mis ordenadores principales tendrán su propio sistema operativo, que será
totalmente incompatible con el estándar de los portátiles de IBM y MAC.
Si uno de los guardias de mis calabozos empieza a expresar preocupación por
las condiciones de la celda de la bella princesa, le transferiré
inmediatamente a una posición menos orientada al público.
Contrataré a un equipo cualificado de arquitectos para que examinen mi
castillo y me informen de todos los pasajes secretos y túneles abandonados
que yo deba conocer.
Si la bella princesa que capture dice "Yo nunca me casaré contigo!, nunca,
me escuchas, NUNCA!!!" yo diré "Oh vale" y le mataré.
(Agradecimientos a Claudioace, de cierto foro)
Las 100 cosas que haría si algún día me convierto en un señor del mal:
Mis Legiones del Terror tendrán cascos con visores de plexiglás
transparente, no con visores que tapen la cara.
Mis conductos de ventilación serán demasiado pequeños para gatear por ellos.
Mi noble medio-hermano cuyo trono usurpe será asesinado, no encarcelado
secretamente en una celda olvidada de mis calabozos.
Disparar no es demasiado bueno para mis enemigos.
El artefacto que es la fuente de mi poder no será guardado en la montaña de
la desesperación mas allá del río de fuego guardado por los dragones de la
eternidad. Estará en mi depósito de seguridad. Lo mismo es aplicable al
objeto que es mi única debilidad.
Yo no me recrearé en el sufrimiento de mi enemigo antes de matarle.
Cuando haya capturado a mi adversario y él diga "antes de matarme, ¿podrías
decirme al menos que es todo esto ? " yo diré " NO " y le dispararé, no,
pensándolo mejor le dispararé y entonces diré "NO".
Después de raptar a la bella princesa, nos casaremos inmediatamente en una
modesta ceremonia civil. No con un espectáculo sorprendente de tres semanas,
tiempo en el cual la fase final de mi plan será desbaratada.
No incluiré un mecanismo de autodestrucción a no ser que sea absolutamente
necesario. Si es necesario, no será un gran botón rojo con una etiqueta que
diga "peligro: no pulsar". El gran botón rojo, sin embargo, disparará una
ráfaga de balas sobre cualquiera lo bastante estúpido para usarlo. De igual
forma, el botón ON/OFF no estará claramente marcado como tal.
No interrogaré a mis enemigos en el santuario interior; un pequeño hotel
alejado de mis fronteras funcionará igual de bien.
Estaré seguro de mi superioridad. Luego no sentiré ninguna necesidad de
probarla dejando pistas en forma de acertijos o dejando mis enemigos más
débiles vivos para demostrarles que no suponen una amenaza.
Uno de mis consejeros será un niño normal de 5 años. Cualquier fallo en mi
plan que sea capaz de detectar será corregido antes de ser llevado acabo.
Todos los enemigos asesinados serán cremados, o al menos tendrán muchas
balas en el cuerpo, no serán dejados para que mueran en el fondo de un
precipicio. El anunciamiento de sus muertes, así como cualquier celebración,
será aplazado hasta después de que se halla llevado a cabo la disposición
nombrada.
El héroe no tendrá derecho a un último beso, último cigarrillo, o cualquier
otra forma de última voluntad.
Nunca emplearé un dispositivo digital de cuenta atrás. Si encuentro que es
absolutamente inevitable, lo programare para activarse cuando llegue a 117,
justamente cuando el héroe este poniendo su plan en marcha.
Nunca usaré la frase "pero antes de matarte, hay una sola cosa que quiero
saber".
Cuando tenga consejeros, escucharé sus consejos de vez en cuando.
No tendré un hijo. Aunque su irrisoriamente mal planeado intento de usurpar
mi poder fallara fácilmente, podría proveer una distracción fatal en un
momento crucial.
No tendré una hija. Ella sería tan bella como malvada, pero una mirada al
robusto aspecto del héroe y ella traicionará a su propio padre.
A pesar de su probado efecto anti-stress, no caeré en las carcajadas típicas
de maníacos. Cuando estás ocupado en eso es demasiado fácil no darse cuenta
de desarrollos no esperados que un individuo más atento podría percibir.
Contrataría un diseñador con talento para crear uniformes originales para
mis Legiones del Terror, no usaría baratos uniformes de rebajas que les
harían parecer Tropas nazis, soldados romanos, o salvajes hordas mongoles.
Todos fueron derrotados al final y yo quiero que mis tropas tengan una
disposición más positiva.
No importa lo tentado que esté con la posibilidad del poder ilimitado, nunca
consumiré un campo de energía mayor que mi cabeza.
Guardaré una reserva de armas de baja tecnología y entrenaré a mis tropas
para su uso. De esta forma, incluso si los héroes consiguen neutralizar mi
generador de poder y/o dejar inútiles las armas normales de energía, mis
tropas no serán superadas por un puñado de salvajes armados con rocas y
lanzas.
Mantendré un conocimiento realista de mis fuerzas y debilidades. Aunque esto
elimina parte de la diversión del trabajo, al menos nunca diré la frase" No,
esto no puede ocurrir, soy INVENCIBLE!!! " (después de lo cual la muerte es
casi instantánea)
No importa lo bien que funcione, nunca construiré ninguna clase de
maquinaria que sea completamente indestructible salvo por un pequeño y
virtualmente inaccesible punto vulnerable.
No importa lo atractivos que ciertos miembros de la rebelión sean,
probablemente hay alguien igual de atractivo que no está desesperado por
matarme. Luego, me lo pensaré dos veces antes de ordenar que un prisionero
sea enviado a mi dormitorio.
Nunca construiré sólo uno de cualquier cosa importante. Todos los sistemas
tendrán paneles y baterías redundantes. Por la misma razón, siempre llevaré
al menos dos armas completamente cargadas en todo momento.
Mi monstruo mascota estará guardado en una prisión segura de la cual no
pueda escapar y en la cual no pueda caer accidentalmente.
Vestiré con ropas de colores brillantes y alegres, para sorprender a mis
enemigos.
Todos los conjuradores divagantes, terratenientes torpes, bardos sin talento
y ladrones cobardes serán ejecutados de forma preventiva. Mis enemigos
seguramente abandonarán su búsqueda si no tienen ninguna fuente de alivio
cómico.
Todas las taberneras inocentes y atractivas de mi reino serán reemplazadas
por camareras malhumoradas y hartas del mundo que no proporcionarán
refuerzos inesperados y subargumentos románticos al héroe o a su compañero.
No me enfureceré y mataré al mensajero que traiga malas noticias sólo para
demostrar lo malísimo que soy. Los buenos mensajeros son dificiles de
encontrar.
No requeriré a los altos mandos femeninos de mi organización que lleven
bustiers de acero inoxidable. La moral mejora con una forma de vestir más
sencilla. De la misma forma, los trajes de cuero negro serán reservados para
ocasiones formales.
No me transformaré en una serpiente, nunca ayuda.
No me dejare perilla. En los días antiguos te daba un aspecto diabólico.
Ahora solo te hace parecer un miembro descontento de la generación X.
No encerraría miembros del mismo grupo en el mismo bloque de celdas, y menos
en la misma celda. Si son prisioneros importantes, conservaría la única
llave de la celda yo mismo en lugar de repartir copias a todos los guardias
inútiles de la prisión.
Si mi hombre de confianza me dice que mis Legiones del Terror están
perdiendo la batalla, le creeré. Después de todo es mi hombre de confianza.
Si el enemigo que acabo de matar tiene un hermano menor o un hijo en algún
lugar, lo encontraré y lo mataré inmediatamente, en lugar de esperar que
crezca abrigando sentimientos de venganza contra mi cuando me encuentre en
mi vejez.
Si debo entrar en batalla, no lo haré al frente de mis Legiones del Terror,
ni buscaré a mi contrario entre su ejercito.
Nunca seré caballeroso ni deportivo. Si tengo un superarma imparable, la
usaré tan pronto y tan a menudo como sea posible en lugar de reservarla.
Una vez que mi poder este asegurado, destruiré todos esos malditos
dispositivos de viaje en el tiempo.
Cuando capture al héroe, me aseguraré de capturar también a su perro, mono,
hurón o cualquier animal asquerosamente listo capaz de desatar cuerdas y
coger llaves.
Mantendré una saludable cantidad de escepticismo cuando capture a la bella
rebelde y ella me diga que le atrae mi poder y mi físico y que traicionará
gustosamente a sus compañeros si le dejo participar en mis planes.
Sólo contrataré cazarecompensas que trabajen únicamente por el dinero.
Aquellos que trabajan por el placer de la caza tienden a hacer cosas tan
estúpidas como conceder al otro una deportiva posibilidad de ganar.
Me aseguraré de saber quién es responsable de qué en mi organización. Por
ejemplo, si mi general la fastidia no sacaré mi pistola y le diré: "Y este
es el precio del fracaso" dándome entonces la vuelta y matando a un
subordinado cualquiera.
Si un consejero me dice "Mi señor, es sólo un hombre, qué puede hacer un
sólo hombre ?" Yo responderé "Esto" y mataré al consejero.
Si advierto que un jovenzuelo ha empezado una aventura para destruirme, le
mataré mientras sea un jovenzuelo, en lugar de esperar a que madure.
Trataré cualquier bestia que controle mediante magia o tecnología con
respeto y amabilidad. De tal forma que si el control es roto, no venga
inmediatamente a vengarse de mi.
Si descubro la localización del artefacto que puede destruirme, no enviaré a
todas mis tropas a apropiarse de él. Las enviaré a apropiarse de cualquier
otra cosa y pondré un anuncio de "se busca" en el periódico local.
Mis ordenadores principales tendrán su propio sistema operativo, que será
totalmente incompatible con el estándar de los portátiles de IBM y MAC.
Si uno de los guardias de mis calabozos empieza a expresar preocupación por
las condiciones de la celda de la bella princesa, le transferiré
inmediatamente a una posición menos orientada al público.
Contrataré a un equipo cualificado de arquitectos para que examinen mi
castillo y me informen de todos los pasajes secretos y túneles abandonados
que yo deba conocer.
Si la bella princesa que capture dice "Yo nunca me casaré contigo!, nunca,
me escuchas, NUNCA!!!" yo diré "Oh vale" y le mataré.